¿QUÉ ES LA MASONERIA?
La masonería es una auténtica orden u organización iniciática, semejante a las que dieron vida a los misterios de la antigüedad griega o egipcia, la única que ha sobrevivido como tal en el Occidente moderno.
En ella confluyen las más diversas corrientes del esoterismo occidental y oriental, desde el pitagorismo al neoplatonismo, desde la Cábala judía a la herencia céltica y druídica, desde los misterios egipcios o mitraístas a la mística y el esoterismo cristianos.
El carácter iniciático de la masonería explica en gran parte la animadversión instintiva que despierta en amplios sectores.
En una época como la actual, en la que se pretende que todo tiene que ser accesible a todo el mundo, es lógico que se considere inaceptable la existencia de una institución que afirme ser portadora de verdades reservadas a unos pocos, que se mantienen ocultas y en secreto, y a las que sólo puede accederse mediante una estricta escala jerárquica.
¿CUÁL ES SU ORIGEN?
El origen de la orden masónica, de sus doctrinas y sus ritos, se pierde en la noche de los tiempos, pues los mismos documentos masónicos proclaman con insistencia que esta fraternidad es tan antigua como el arte de construir, practicado por el hombre desde sus mismos orígenes.
La leyenda de Hiram, relato mítico de la mayor relevancia para la masonería, vincula sus orígenes a la construcción del Templo de Jerusalén por Salomón, el rey sabio y constructor cuyo ejemplo sería seguido por otros muchos monarcas, dando así lugar al nombre de Arte Real con que también se designa la vía espiritual masónica.
Algunos textos la hacen remontarse incluso hasta Abraham, Noé e incluso Adán. Ciñéndonos a hechos históricamente comprobables, la masonería moderna es heredera de las antiguas organizaciones profesionales de constructores o albañiles libres o "francos" (franc-macons en francés, free-masons en inglés), aquellas que gozaban de franquicias y privilegios otorgados por los reyes y la Iglesia.
Tales cofradías o hermandades, organizadas en logias o talleres independientes, poseían un carácter religioso y contaban con una iniciación ligada al oficio. Este origen artesano queda puesto en evidencia por los objetos simbólicos que configuran el mundo ritual y conceptual de la masonería moderna: compás, escuadra, nivel, plomada, mazo o martillo, paleta, mandil, columnas, piedra angular, etcétera.
Son muchas las leyendas que hablan de la conexión de la Orden del Temple con la masonería especialmente en su rama "escocesa": desde las que relatan el refugio de los templarios en Escocia hasta las que insinúan que Jacques de Molay trasmitió la gran maestría templaria a un noble escocés.
Pero es que, además, los templarios, al igual que otras órdenes religioso-militares de la época, desempeñaron una labor constructora de gran importancia. En diversas localidades europeas, como París, existían además agrupaciones de masones "libres", orgánicamente vinculados al Temple, que siguieron existiendo después de la disolución de esta Orden. En dichas logias se refugiaron muchos de los templarios que consiguieron sobrevivir a la persecución desatada contra la Orden del Temple en 1317, aportándoles con su incorporación todo su caudal esotérico, místico y especulativo.
¿EN QUE CREEN LOS MASONES?
Todo el edificio espiritual de la masonería descansa sobre la reverencia al Gran Arquitecto del Universo, Dios, el Principio o Ser Supremo, contemplado en su función de constructor del edificio cósmico o creador del orden universal, como corresponde a una iniciación vinculada con el trabajo de albañiles y arquitectos. La doctrina masónica enseña que la masonería es tan antigua como la Creación, ya que el Creador es el primer masón, el supremo hacedor, el obrero divino que construye el mundo. El gran arquitecto es representado por la letra G y por el triángulo con el ojo que todo lo ve.
Para la doctrina masónica, el hombre es la "piedra bruta" que ha de ser tallada hasta convertirse en "piedra perfecta" o, lo que es lo mismo, en "hombre verdadero". Y es precisamente la recuperación de la "palabra perdida", cuya búsqueda guarda un estrecho paralelismo con la búsqueda del Grial, lo que hace posible la reconstrucción del templo interior. Esa palabra perdida es la verdad por medio de la cual puede trabajarse, pulirse y tallarse la piedra humana.
La realización de la obra maestra es simbolizada por el pentagrama o estrella de cinco puntas con la letra G en el centro. Es el emblema del hombre realizado - según el viejo esquema de Agrippal von Nettsheim y Leonardo da Vinci, en el que cada una de las cuatro puntas inferiores de la estrella corresponde a uno de los cuatro miembros, mientras que la punta superior corresponde a la cabeza- con su ser centrado en todo aquello que representa la letra G, inicial de varios conceptos clave para la doctrina masónica: Gnosis, Geometría, Gaya ciencia, Dios (God, el Gran Arquitecto).
Como organización iniciática y esotérica, la masonería es portadora de un secreto que constituye la esencia de su mensaje y su misma razón de ser. Este se transmite, a su vez, por medio de cauces secretos, velados para el profano y que ningún masón puede desvelar, obligado por juramento. Es el "secreto masónico " del que tanto se ha hablado, aunque no con gran rigor.
A esta verdad oculta sólo pueden tener acceso quienes hayan sido debidamente iniciados, y después hayan recorrido el camino que se abre ante ellos. Para descubrir ese secreto es necesario vivirlo, practicar con asiduidad y perseverancia el arte de vida o Arte Real en que consiste la vida iniciática. Por eso, como subraya Christian Jacq. "los libros que anuncian grandes revelaciones sobre los secretos masónicos no pueden ser más que imposturas, ya que el Conocimiento último de las verdades de la Orden se alcanzan en el interior de la logia y no puede ser comprendida sin ser vivida".
La masonería requiere que todos sus miembros crean en un principio supremo.La Masonería requiere que cada miembro de la logia crea en Dios de acuerdo a sus propias autoridades, la creencia en Dios es fundamental y quien no la tiene simplemente no es un masón. .
¿POR QUÉ LOS EVANGÉLICOS NO ACEPTAN LA MASONERÍA?
1. La masonería deliberadamente borra el nombre de Cristo de sus oraciones o sus escrituras.
2. La masonería requiere que un cristiano desobedezca a Cristo oficialmente prohibiendo toda discusión de Cristo en las actividades del hombre.
3. La masonería ofrece títulos y oficios blasfemos de Cristo a los no creyentes.
4. La masonería niega la deidad de Cristo.
5. La masonería propone la negación del único rol de Cristo como Salvador, enseñado que el mensaje cristiano de redención divina es meramente algo sacado de las historias paganas.
La masonería falsamente afirma, "nosotros no les decimos a los cristianos que Cristo era un simple hombre del cual la historia de su vida surgió de las historias paganas. Para hacer esa clase de cosas seria irreverente. Nosotros no emitimos palabras". Estas declaraciones simplemente no son ciertas. La Masonería borra el nombre de Cristo de sus oraciones y de las citas bíblicas. La masonería no permite citar el nombre de Jesucristo en su ritual. Aun si el nombre de Jesús es usado en los pasajes bíblicos, el ritual masónico borra su nombre cuando se citan esos pasajes.
La masonería no permite que el nombre de Jesucristo sea usado en la Logia porque es más importante lo que el hombre puede pensar que lo que Jesucristo piensa. En este sentido, la masonería se avergüenza de Jesucristo. Uno podría pensar que en cuanto los cristianos reconozcan esto, ellos se avergonzarían de pertenecer a una logia masónica. Jesucristo y el apóstol Juan dieron estas advertencias:
"Por tanto, a todo el que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos" Mt. 10:32-33.
La masonería niega la enseñanza bíblica de que Jesucristo es el único salvador del mundo. En ninguna parte de la literatura masónica podrá usted encontrar a Jesús llamado Dios o verlo como salvador del mundo quien murió por el pecado del hombre, pero la palabra dice "El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo". La masonería es potencialmente una religión oculta y abre las puertas al mundo de lo oculto.
La masonería anima el estudio de lo oculto en cinco diferentes maneras:
1. La masonería acepta la premisa de la Nueva Era y la parapsicología moderna concerniente al potencial humano latente y la capacidad de alcanzar habilidades psíquicas "naturales".
2. La masonería posee notable similitud a muchas otras artes ocultas.
3. La masonería anima al masón individual a seguir sus "verdades esotéricas".
4. La masonería está relacionada al misticismo y anima a alcanzar a estados alterados de conciencia.
5. Muchos masones están trabajando por un despertar de lo que se puede llamar masonería oculta.
La lucha de las tinieblas contra la luz existente desde la caída ("los campos de irradiación", en la que se explica detalladamente éste acontecimiento). Desde que existe la Tierra con los seres humanos los demonios han sabido ganarse una parte de la humanidad para que colabore con ellos de manera consciente o inconsciente.
Así han ido construyendo durante muchos miles de años un Sistema en esta Tierra mediante el cual las fuerzas satánicas van actuando sobre nuestro mundo material con ayuda de ceremonias, ritos e invocaciones mágicas. El que se vende a las fuerzas que son contrarias al amor desinteresado, es decir al adversario de Dios, en cualquiera de las múltiples formas posibles (que muchas veces no se reconocen como satánicas), consigue influencias, riquezas y poder.
No es de extrañar por tanto que toda la masonería esté marcada por símbolos y actuaciones rituales. A esto pertenecen también el pentágono (cinco lados) y el hexágono (seis lados). Ambos signos se utilizan entre otros en el ocultismo durante las ceremonias mágicas para los ritos de invocación y conjuración.
Mitológicamente el pentágono-conocido desde los tiempos babilónicos- representa al hombre liberado de cualquier tutela (de Dios), como el ser superior simbolizado estilísticamente por el hombre abierto de piernas y brazos.
Con el pentágono, a la mayor parte de la humanidad se la ha colocado bajo el símbolo de Lucifer, ya que por ejemplo en la bandera es un distintivo de los EE.UU., de la ex-Unión Soviética, de la China Roja y de casi todos los estados fundados desde la Revolución Francesa, variando solo su posición, número y tamaño.